Noviembre 2022

Espacio de reflexión para acompañar el crecimiento de nuestros hijos.

Este mes les proponemos los siguientes temas:

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Educar niños altamente sensibles

Todos los niños son especiales. Y debemos tenerlo siempre claro, la necesidad de demostrar a todo niño que es especial, que es importante y que se le quiere le ayudará a crecer con seguridad y madurez.

Ahora bien, ya sea por aspectos de personalidad o de desarrollo, cada criatura va a demandar de nosotros un tipo de atención específica. Y no estamos hablando solo de perfiles donde exista un tipo de problema que debamos de cubrir de modo asistencial, por ejemplo.

Hay niños que, simplemente, ven y sienten el mundo de otro modo. Ven contradicciones, intuyen el complejo mundo adulto con más precocidad y se sienten extrañados… Todos estos aspectos encajarían muy bien en esos niños conocidos como “personas con alta sensibilidad”, ese grupo poblacional que según muchos datos estadísticos englobaría casi al 20% de la población. Hemos de tenerlos en cuenta y aprender un poco más sobre ellos.

¿Cómo es un niño con alta sensibilidad?

Insistamos una vez más en el hecho de cada niño es único. No todos los perfiles con alta sensibilidad van a ser del mismo modo. Los rasgos heredados, su educación y sus experiencias previas van a definir mucho en su personalidad para que se diferencien bastante unos de otros. Pero hay patrones, semejanzas que nos pueden pistas a tener en cuenta.

Cuando tienen unos meses de vida, los niños altamente sensibles sienten mucho los cambios de luz y de temperatura, notan muy tempranamente los sabores de las comidas e incluso el roce de determinadas ropas y tejidos les puede hacer daño o molestarles.

A menudo los padres pueden quejarse de lo “sensibles” que son. Lloran por cualquier cosa, se hacen daño enseguida, les molestan muchos estímulos, se asustan de sonidos inesperados… unas características que no llegan a entender y que a medida que van creciendo, van apareciendo otras más complejas.

Cuando alcanzan la edad escolar su mundo se vuelve más intenso. Aparecen las primeras contradicciones, los primeros conflictos emocionales. Intuyen con más facilidad las emociones de los adultos y las de los otros niños. Se ofenden rápidamente y se sienten heridos con aspectos que sus compañeros, ni siquiera llegan aún a entender. ¿Qué podemos hacer entonces? ¿Cómo podemos hacerles la vida más fácil?

Pautas educativas para niños altamente sensibles

1. Evita la sobreprotección

En primer lugar, debes saber que como padre, madre o educador, es difícil protegerles en todos los ámbitos de su vida. No podemos meterlos en una burbuja para evitar cosas que han de vivir por sí mismos y que les enseñarán a crecer.

Deben aprender que el mundo es complejo, que han de saber vivir en una sociedad donde no todo el mundo ve lo que ellos ven o sienten lo que ellos sienten. No los sobreprotejas, ayúdales cada día, pero no les cierres puertas.

2. Compréndelos

Debes saber que las personas altamente sensibles tienen un umbral más bajo del dolor. Físicamente sienten más el dolor, y emocionalmente ocurre lo mismo. Van a saber cuándo llegas a casa con problemas y te harán preguntas de las que tal vez no tengas respuestas. Se darán cuenta de muchas más cosas de las que piensas, así que comprende que son especiales y que tú vas a ser su modelo de referencia.

Mantén un buen diálogo con ellos, aunque sean pequeños van a necesitar respuestas a ese mundo complejo de los adultos, tal vez se interesen sobre tus emociones, tal vez se ofendan con más facilidad porque no los atiendes… Ten paciencia y entiéndelos.

“No despreciéis la sensibilidad de nadie. La sensibilidad de cada cual es su genio”. -Charles Baudelaire-

3. Gusto por la soledad y los aspectos artísticos

Los niños altamente sensibles disfrutan en su mundo de soledad, son más maduros y ven en esos espacios consigo mismos una dimensión donde disfrutar de su música, de sus dibujos, de sus lecturas. Respétalos.

Pero intenta también que se relacionen con otros niños. No faltarán esos días en que lleguen a casa llorando porque otros niños les han ofendido o les han defraudado. Es entonces cuando deberás cumplir tu papel como adulto para explicarle cómo somos las personas. Muchos somos vulnerables, muchos somos egoístas, pero a instantes también podemos ser maravillosos y ellos deben ser pacientes y entender a los que no disponen de su misma capacidad.

4. Atiende sus necesidades

Los niños altamente sensibles tendrán intereses a veces fuera de lo común. Arte, filosofía, música… intenta que experimenten esos campos de interés. Permite que lean, que se acerquen a otras personas para preguntar, para aprender.

Ante todo, deben conseguir ser autosuficientes y disponer de una autoestima fuerte con la cual evitar que el mundo les haga daño con sus abundantes incongruencias. Ellos sienten mucho más que nosotros, la vida tiene para ellos una intensidad tan especial, que los hace únicos y maravillosos. Es sin duda, un gran don que potenciar.

Fuente:
La Mente es Maravillosa Autora: Dra. Valeria Sabater.
31 enero, 2022

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Guía completa sobre los adolescentes y el sueño

Los adolescentes suelen tener una notoria privación de sueño, debido a una combinación de biología, tecnología, exigencias escolares y de las actividades extracurriculares. Esta guía describe cómo la falta de sueño puede afectar a los adolescentes y cómo los padres pueden ayudarlos a incluir más horas de sueño en sus vidas.

En esta guía veremos:

  • ¿Qué tan privados de sueño están los adolescentes?
  • ¿Por qué los adolescentes están tan privados de sueño?
  • ¿Cuáles son las consecuencias para los adolescentes?
  • ¿Cómo puede ayudar a los adolescentes a dormir más?

Los adolescentes suelen tener una notoria privación de sueño, debido a una combinación de biología, tecnología, exigencias escolares y de las actividades extracurriculares. Esta guía describe cómo la falta de sueño puede afectar a los adolescentes y cómo los padres pueden ayudarlos a incluir más horas de sueño en sus vidas.

¿Qué tan privados de sueño están los adolescentes?

A pesar de que los adolescentes necesitan 9.25 horas de sueño para estar óptimamente alertas, múltiples estudios han demostrado que la gran mayoría vive hoy en día con privación de sueño entre el límite de lo aceptable y grave.

  • Según un estudio a gran escala de 2010 publicado en The Journal of Adolescent Health, un escaso 8 por ciento de los estudiantes de high school de Estados Unidos duermen la cantidad recomendada de sueño.
  • Alrededor del 23 por ciento duerme seis horas en una noche escolar promedio.
  • El 10 por ciento duerme solo cinco horas.

¿Por qué los adolescentes están tan privados de sueño?

La biología, la tecnología y las expectativas sociales, incluidas las tareas y las actividades extracurriculares, crean una tormenta perfecta para la privación crónica del sueño. Los principales contribuyentes al déficit del sueño adolescente se reducen a los siguientes:

  • Biología: junto con los cambios hormonales más obvios que transforman a su hijo en un adolescente, se producen cambios en la producción de melatonina, la hormona del sueño. Es por eso que su adolescente parece estar más despierto a la medianoche que a la hora de la cena, y si lo dejan, probablemente duerma hasta las diez u once de la mañana. Ese es el ritmo circadiano normal para los jóvenes de 15 a 22 años. El problema se agrava cuando los adolescentes intentan recuperar el sueño perdido los fines de semana, a veces durmiendo más de 12 horas los viernes y sábados por la noche, lo que solo altera aún más su ciclo de sueño.
  • Tecnología: no es solo que Facebook, Twitter, Instagram, Tumblr y YouTube sean distracciones que mantengan despiertos a los jóvenes hasta más tarde, sino que también se trata de la propia luz que emiten los dispositivos electrónicos a los que están expuestos, especialmente a altas horas de la noche. Los aparatos electrónicos emiten un resplandor llamado luz azul que tiene una frecuencia particular. Cuando golpea los receptores en el ojo, esos receptores envían una señal al cerebro que suprime la producción de melatonina y evita que los jóvenes se sientan cansados. Y para colmo, los adolescentes tienen de por sí poca melatonina y comienzan a producirla más tarde.
  • Tareas: los padres están divididos entre obligar a los jóvenes a irse a la cama y alentarlos a terminar su trabajo sin importar cuánto tiempo les lleve. Y para los niños que se sienten ansiosos por su tarea, saber que puede haber un compañero que se queda despierto más tarde o toda la noche solo aumenta la ansiedad, la competitividad y el deseo de mantenerse despierto. Agregue a esto la estimulante luz azul emitida por las computadoras que se utilizan para estudiar y escribir artículos, y tendrá un joven completamente despierto.
  • Programación excesiva: vivimos en una cultura que valora la actividad por encima del sueño. A los adolescentes se les dice constantemente que deben ser “integrales”, lo que significa que cuanto más hagan, mejor se verán sus solicitudes universitarias. Para algunos jóvenes, participar en muchas actividades extracurriculares puede ser realmente una cuestión de perseguir una diversidad de pasiones. Pero de cualquier manera, los deportes, los clubes, el voluntariado y los trabajos después de la escuela, además de las clases y la tarea, dejan una ventana cada vez más estrecha para dormir.
  • Horas de inicio de la escuela tempranas: las horas de inicio muy tempranas de la high school son comunes, a pesar del hecho de que van completamente en contra de las necesidades biológicas de los adolescentes. Múltiples estudios han demostrado que los estudiantes de high school no son funcionales antes de las 9 a.m.

¿Cuáles son las consecuencias para los adolescentes?

La falta de sueño coloca a los adolescentes en una especie de nube o neblina perpetua. Esa neblina puede afectar negativamente el estado de ánimo de un adolescente, así como la capacidad de pensar, reaccionar, regular sus emociones, aprender y llevarse bien con los adultos. La mitad de los adolescentes que fueron evaluados por un experto estaban tan cansados por la mañana que mostraron los mismos síntomas que los pacientes con narcolepsia, un trastorno del sueño en el que el paciente asiente y cae directamente en el sueño REM. Esto puede resultar en lo siguiente:

  • Mayor riesgo de lesiones: según un estudio de la National Sleep Foundation, la somnolencia o la fatiga son la causa principal de al menos 100,000 accidentes de tráfico cada año. Un estudio del estado de Carolina del Norte encontró que el 55 por ciento de todos los accidentes por “quedarse dormido” fueron causados por conductores menores de 25 años.
  • Incapacidad para autorregularse: junto con la falta de sueño va la capacidad de ejercer el autocontrol, sobre las emociones, los impulsos y el estado de ánimo. La falta de sueño se ha relacionado con la agresión, la impulsividad y el mal genio. También puede producir algunos de los mismos síntomas que los niños conTDAH, incluida la dificultad para quedarse quieto, permanecer enfocado en una tarea y concentrarse.
  • Uso de sustancias y conductas arriesgadas: la investigación muestra que los adolescentes privados de sueño tienen más probabilidades de usar estimulantes como la cafeína y la nicotina para pasar el día, pero también para lidiar con estados de ánimo negativos al automedicarse con alcohol. También tienen más probabilidades que los adolescentes que duermen más de siete horas por noche de tener relaciones sexuales sin protección y de conducir de manera imprudente.
  • Estado de ánimo: menos sueño también se correlaciona con niveles más altos de depresión y como consecuencia, los jóvenes con depresión tienen más problemas para conciliar el sueño o quedarse dormidos. Dado que muchas enfermedades mentales aparecen por primera vez en laadolescencia, a los médicos les preocupa que la privación grave del sueño pueda desencadenar una depresión grave en los niños que ya están predispuestos a ella. Y múltiples estudios han encontrado que el déficit de sueño severo está vinculado a laideación suicida.

¿Cómo puede ayudar a los adolescentes a dormir más?

Hay cambios en el estilo de vida que los estudiantes de la middle school y la high school pueden hacer, e incluso varios cambios pequeños pueden tener un gran efecto en su bienestar. Aquí hay algunos consejos de expertos sobre cómo recuperar un par de preciosas horas por noche:

  • Tome una postura: los adolescentes se resistirán, pero hay evidencia de que la ayuda de los padres para establecer límites en el estudio y el sueño sí ayuda a los niños a tomar mejores decisiones sobre cómo administrar su tiempo.
  • Fomente la consistencia: es importante que su hijo adolescente se acueste lo más cerca posible a la misma hora todas las noches y que se acerque lo más posible a las ocho horas de sueño. Pero también es importante para él seguir el mismo horario, dentro de lo razonable, los fines de semana.
  • Limite el tiempo de pantalla: haga hincapié en la importancia de apagar todos los dispositivos electrónicos al menos una hora antes de acostarse. Planifique con anticipación para que la tarea que debe hacerse en una pantalla se complete temprano en la tarde y el trabajo “fuera de la pantalla” se guarde para más tarde en la noche. Eso también significa que no hay que “relajarse” abriendo Facebook o Instagram. Las redes sociales son un excelente lugar para encontrar nuevas fuentes de ansiedad que ahuyenten el sueño.
  • Desaliente los refrigerios: los adolescentes son propensos a comer y beber en un horario alternativo, como un medio para autorregularse o para mantenerse despiertos o simplemente porque pueden. Pero la bolsa de papas fritas o las galletas a la una de la madrugada, o la cafeína en cualquier momento después de la cena, ya sea que lo ayuden o no a redactar el ensayo, pueden posponer el sueño y de un modo perjudicial.
  • Impulse el reloj biológico: una dosis baja (2-3 mg) de la hormona del sueño melatonina (una vitamina sin receta que se puede comprar en la farmacia) una o varias horas antes de que sea la hora de acostarse, puede ayudar a impulsar la producción de melatonina que en los adolescentes tiende a comenzar más tarde en la noche.
  • Simplifique: los adolescentes necesitan que los ayude a establecer expectativas realistas sobre en cuántas actividades pueden participar sin agotarse. Eso significa limitar la presión para construir el currículum universitario perfecto.
  • Dé un buen ejemplo: modele buenos hábitos de sueño para sus adolescentes haciendo que el sueño forme parte de un estilo de vida saludable, como comer bien y hacer ejercicio regularmente.
  • Agilice las mañanas: aliente a los adolescentes a bañarse, escoger ropa y empacar libros antes de acostarse para que no tengan que perder tiempo haciéndolo por la mañana.
  • Aumente la productividad: muéstreles que usar períodos de tiempo cortos e intercalados, que de otra manera podrían desperdiciar, puede ser fructífero. Además, al dividir la tarea en partes pequeñas, digamos bloques de 45 minutos con descansos de 10 minutos para despejar la cabeza, pueden hacer más y estar más relajados haciéndolo.
  • Deje la cama para dormir: los expertos coinciden en que es más fácil quedarse (y mantenerse) dormido si usted asocia la cama con el sueño. Eso significa alentar a su adolescente a trabajar en otra habitación que él asocie con la realización del trabajo.

Fuente:
Child Mind Institute
Fecha publicación: 27 de abril de 2022.

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No existe la familia perfecta, porque la perfección genera infelicidad

La familia más feliz jamás será una familia perfecta, pero sus miembros se respetarán los unos a los otros, aceptarán sus diferencias y procurarán que cada cual tenga sus opiniones, sus particularidades y su espacio.

La obsesión por tener una familia perfecta ha hechizado durante siglos la mente de muchas personas. Abundan en exceso quienes sueñan con tener la pareja ideal, los hijos más brillantes, obedientes y hermosos. Aspiran a tener un hogar dominado por la armonía, sonrisas constantes, ropa y juguetes ordenados, desayunos sin prisas y cero discusiones, lloros o berrinches.

Quienes sueñen con esa fantasía de Disney están condenados a la decepción. Es más, si bien es cierto que estamos habituados a ver con frecuencia en Instagram imágenes de familias de lo más idílicas, conviene recordar que cada cual elige bien qué publicar en redes sociales. Uno muestra a los demás aquello que le gusta aparentar, nunca lo que se es en realidad.

Basta con saltar del mundo digital al mundo real para descubrir con alivio que sus vidas, como las de cualquiera, están muy alejadas de ser 100 % maravillosas. Y que sea así es lo natural, lo previsible y hasta lo esperable. Porque la unidad familiar es un organismo vivo, dinámico, cambiante y dotado también de cierto caos.

A menudo, en una misma casa habitan personalidades muy diferentes con gustos de lo más dispares. Reina el ruido, el desorden y más de una discusión que termina en portazo o en rabietas. Pero también hay risas, abrazos y diálogos constantes. Porque las familias felices y auténticas son de lo más heterogéneas, ruidosas e imperfectas…

Las personas que se focalizan en lograr que sus hijos sean perfectos aplican una crianza poco respetuosa y autoritaria.

Las familias que comparten tiempo de manera distendida crean lazos más enriquecedores.

La familia perfecta, una forma de sufrimiento

Al igual que no existen personas perfectas, tampoco hay ninguna familia perfecta. Pero aún así, y a pesar de sus defectos, pueden ser funcionales y amorosas, núcleos conformados por padres e hijos que saben quererse, respetarse y crecer juntos. Hay quien utiliza incluso la guía del 80/20 para medir la calidad y la armonía de su propio escenario familiar.

Mientras las dinámicas positivas representen el 80 % y las problemáticas el 20 % todo irá bien. Esa cuota de fricción siempre es tolerable y hasta manejable. Es común tener pequeñas diferencias con nuestros padres, como también lo es terminar discutiendo siempre de lo mismo con nuestros hermanos. Pero mientras esos choques puntuales sean llevaderos, la armonía está garantizada.

El problema llega cuando, casi desde que tenemos uso de razón, recordamos a nuestros padres focalizándose en la idea de construir una familia ideal. Ese anhelo imposible solo se logra mediante el cumplimiento de directrices muy rígidas. Porque quien sueña con la perfección educa en la infelicidad y deriva en la exigencia desmedida. También en el autoritarismo y en querer moldear mentes que han nacido para ser libres y no sometidas.

Padres que buscan el estatus con sus hijos

Buena parte de los padres que sueñan con construir una familia perfecta lo hacen focalizándose en los hijos. Son muchos los progenitores que anhelan obtener estatus a través de los logros de los niños. Los pequeños se convierten así en trofeos, en criaturas obligadas a sacrificarse para cumplir las expectativas psicológicas de sus cuidadores.

Aunque nos resulte llamativo, hay padres hipercompetitivos que rivalizan con otros padres para ver quién tiene el hijo más brillante, el que gana más premios, el que saca mejores notas. Numerosos niños son ahora medios para un fin, proyectos a largo plazo de familias perfeccionistas que aspiran escalar posiciones sociales gracias a sus vástagos…

Hay padres que tratan a sus hijos como proyectos, como entidades a las que moldear, empujar y conducir a la fuerza por un camino muy concreto. La meta no es otra que reforzar estatus y sentirse importantes.

La familia perfecta y el autoritarismo

La búsqueda de la perfección familiar tiene un nombre y se llama autoritarismo. Al fin y al cabo, solo orillando hacia la norma rígida y no negociable, hacia el castigo y la severidad con el fin de tener hijos sumisos, uno puede tener control sobre ellos. Es así como se les domina para que sean niños ejemplares, obedientes y orientados a conseguir logros.

Debemos tener presente que educar en perfección es criar en infelicidad. Las altas expectativas y la dominación, merman el desarrollo emocional, así como el autoconcepto y la autoestima. No podemos dejar de lado que este estilo de educación se vincula a su vez con una peor competencia social del niño.

Las familias auténticas aman a los suyos por aquello que son y no por lo que podría ser.

Cómo construir una familia imperfecta y feliz

Seamos constructores de familias felices, no perfectas. Seamos incentivadores de libertad, sueños y autoconfianza, no de sometimiento, ansiedad e insatisfacción. Las familias imperfectas están conformadas por personas reales, por individuos que se respetan, que cometen errores, que discuten, que se enfadan, pero que saben llegar acuerdos porque se aman.

Reflexionemos en esas dimensiones que nos pueden facilitar alcanzar esa plácida y satisfactoria imperfección.

1. Comprensión, empatía y flexibilidad

Tanto la crianza de los hijos como la relación entre los cuidadores debe basarse en la validación emocional. También en la comprensión y no en la crítica o la amenaza.

Las familias felices están hechas de personas empáticas que saben escuchar, que no son rígidas en las normas, sino que aplican un enfoque flexible y democrático.

2. Tiempo de calidad juntos

No importa que los padres trabajen todo el día. Los momentos compartidos en común deben ser de calidad, aunque sean pocos. Asimismo, debe existir voluntad auténtica por estar junto a la familia y el deseo explícito de hacer sentir bien a los nuestros.

Aspectos como compartir juntos las comidas o las cenas y hablar sobre cómo ha ido el día, por ejemplo, resulta muy significativo.

3. Comunicar y saber negociar

Las familias felices y auténticas saben comunicarse, escucharse, expresan lo que desean y piensan sin miedo y no se juzgan. Bien es cierto que, como en todo núcleo social, surgen discrepancias y diferencias. Sin embargo, algo que les define es saber llegar a acuerdos, saber negociar.

4. Tradiciones y rituales familiares

Los rituales familiares son prácticas en las que todos los integrantes se unen para realizar algo significativo que es su seña de identidad. Algo que solo les define a ellos. Por ejemplo, hacer un viaje siempre en la misma temporada, hacer ciertos juegos divertidos en familia o tener ciertas costumbres gratificantes son un ejemplo de ello.

Una muestra de ello puede ser tener un tarro de cristal donde dejar mensajes positivos para los hijos y los padres: “te admiro, estoy orgulloso de ti”, “me encanta como eres”, “hoy lo has hecho genial”, etc.

5. Fomentar la independencia

Al contrario de las familias autoritarias, las familias imperfectas no educan en la perfección, lo hacen en la felicidad. Esto significa que guían a sus hijos para que desarrollen sus propios sueños, para que se sientan libres y capaces de lograr aquello que deseen sin imposición alguna.

Aceptar a cada miembro de la familia por aquello que es y no por lo que podría ser es de primero de bienestar psicológico. Tengámoslo presente.

Fuente:
Revista: La Mente es Maravillosa
Autora : Psicóloga Valeria Sabater.
27 septiembre, 2022

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